lunes, 22 de abril de 2013



El Amaru, símbolo de la fertilidad, de la vida y de la muerte, cuyo ámbito es el subsuelo o ukju pacha, mundo de la oscuridad, germinación y resurrección. Según un mito recogido por el maestro Luis E. Valcárcel (1955) el Amaru es la encarnación de dos serpientes que habitaban el subsuelo; la primera, con una sola cabeza, Yacumama: madre de la aguas; la segunda, con dos cabezas, Sachamama, madre de las plantas. Cuando salen a la superficie de la tierra, o kay pacha, se convierten, la primera en el río Ucayali; y la segunda en un gigantesco árbol, el Árbol de la Vida. Esta serpiente de dos cabezas camina lenta y verticalmente; su apariencia es la de un tronco seco. Ambas serpientes ascienden al cielo donde Yacumama se convierte en el rayo o relámpago y Sachamama en el arcoiris.